Mercedes Sosa contaba que ella conoció a Charly Garcia cuando el tenia como 13 años. La mama de Charly se acercó a Mercedes y le dijo “quiero que escuches a mi hijo, el es un genio”. Ella pensó “el muchacho debe ser bueno, pero ¿un genio?, eso era ceguera de madre”. Cuando por fin lo escuchó quedó impresionada. El muchacho si era un genio.

Algo así me pasó con la prensa venezolana y Gustavo Dudamel. Los medios de comunicación del país les encantar echar flores a cualquier cosa que salga de aquí. Sea bueno, regular, o malo. Los importante es que sea venezolao. Por eso cuando leía titulares como “La batuta de Gustavo Dudamel volvió a estremecer al mundo cultural” pensaba que eran exageraciones de la prensa nacional. No ponía en duda que fuera bueno – por algo va a dirigir la Filarmónica de Los Ángeles – pero jamás creía en esos titulares amarillistas.

Pues quede bastante sorprendido cuando mi novia me enseña un articulo que publicó Vogue sobre Dudamel. Frases como “el primer gran director del siglo 21.” “Lo que Leonard Bernstein fue para los Kennedy es Gustavo Dudamel para los Obama” me dejaron impresionado. Me había equivocado. La prensa nacional no lo aclama por ser venezolano, sino por ser el mejor.